Comentario
La posición hegemónica que ocupaba Suecia en buena parte de la centuria anterior le hacía dominar principalmente el área del Báltico y la convertía en una potencia europea de primer orden, a tener en cuenta en el conmjunto de las relaciones internacionales. Los sucesivos reinados, no muy afortunados, de Carlos XII y Gustavo III intentarán revivir el esplendor de la época de Gustavo Adolfo, sin llegar a conseguirlo. La irrupción de poderosos rivales, como Rusia y Prusia, y sobre todo la desastrosa política exterior de Carlos XII, volvada en el ámbito exterior y plagada de derrotas en el campo de batalla, reducirán el potencial de Suecia y su peso en el conjunto de naciones, no volviendo a experimentar el desarrollo de épocas pasadas.